lunes, 24 de noviembre de 2008

Confesando secretillos

Normalmente siempre ha sido más fácil irse de la lengua que guardar un secreto. Siempre nos ha gustado hacer pequeñas confesiones y desvelar secretillos porque al hacerlo parece que nos crece el ego, que somos importantes. Más si hay un oído, muchas veces interesado en el sentido peyorativo de la palabra, que está deseoso de que le hagamos nuestra confesión.
Con frecuencia oímos, como si habláramos de secreto de sumario, del secreto de cabildo. Ese secreto que más de una y de dos veces es más público que otra cosa. El secreto de cabildo, al menos yo así lo entiendo, no significa no poder desvelar las resoluciones y decisiones del cabildo. Normalmente, salvo que así se haya expresado en el cabildo porque la naturaleza de lo tratado así lo requiera, no hay problema en hacer públicas las decisiones. Lo que sí entra en el secreto de cabildo es desvelar las deliberaciones, lo que han dicho los demás miembros del cabildo (al menos por compañerismo) durante el mismo, el sentido de los votos de unos y otros,...
Lamentablemente ese sentido de la responsabilidad que antiguamente tenía el que entraba en una junta de gobierno parece que está en desuso. Seguramente en otros tiempos también se daba este tipo de circunstancias, pero en la actualidad la importancia que alcanza la información cofrade en prensa, radio, Internet,..., hace que no sea difícil que trascienda a lo público todas estas cuestiones.
Yo mismo he sido testigo de cómo minutos después de finalizar un cabildo de oficiales, hermanos que no eran miembros de la junta y no hermanos de una hermandad relataban con detalle y con información, a todas luces veraz, todos y cada uno de los detalles del cabildo recién terminado. Y luego ha aparecido reflejado en los medios de comunicación. Muchas veces es incluso el hermano mayor de turno el que interesadamente 'filtra' la información a los periodistas.
Y si esto ocurre en hermandades, en el Consejo de Cofradías el interés mediático se multiplica. Yo, a Dios gracias, nada más lejos de mi intención, jamás he pertenecido a la Junta Superior del Consejo. Pero imagino que el deber de secreto también debe existir entre los consejeros. Sin embargo las filtraciones existen.
La elección de pregonero, que desde siempre me había parecido algo reservado, secreto y arcano, se ha convertido en algo de carácter casi público. En las semanas previas los propios consejeros posicionan 'sus candidatos', vamos conociendo a quién votará cada uno, la prensa 'propone' los suyos en actitud casi impositiva, como si su opinión fuese vinculante, y este año parece que incluso el presidente prácticamente ya había 'prometido' incluso el atril a un conocido periodista con resultado adverso, lo que es vender la piel del oso antes de cazarlo. En definitiva todos queriendo hacer prevalecer sus intereses.
Después podemos ir siguiendo en prensa, radio o Internet el resultado de las votaciones, las otras opciones propuestas o qué votó cada consejero. Y cuando a raíz de estas situaciones el ambiente se enrarece el mismo periodista se encarga de publicar el estado de zozobra que afronta la institución después de esos deslices.
¿De quién es la culpa? Del consejero, hermano mayor o miembro de junta al que se le va la lengua por intereses personales o afán de protagonismo o del periodista que, con una doble moral, no duda en prestar oídos a estos asuntos, en muchas ocasiones sin contrastar la información, a veces fundadas incluso en los comentarios en foros, y publicarlos sin pensar las consecuencias, pero a renglón seguido critica la falta de discreción del confidente y la situación de inestabilidad de una junta o del Consejo.

La viñeta aparece en el blog de Adrián Palmas

lunes, 10 de noviembre de 2008

La mano izquierda


En origen una de las finalidades de las hermandades de Sevilla fue dar protección a los necesitados, dotar a las jóvenes casaderas o que iban a profesar los hábitos y que no disponían de medios económicos o disponer lo necesario para dar sepultura (aún hoy en día) a aquellos hermanos o devotos que, igual que las anteriores, no podían afrontar los gastos. Otras hermandades se dedicaban a atender a aquellos que se encontraban cumpliendo condena en la cárcel como el Amor -recordemos que los ángeles que van en los laterales del paso de este crucificado portan en sus manos unos paños en los que podemos leer "Amor y Socorro para los encarcelados- o la hermandad de la Trinidad que, haciendo gala de su vinculación con dicha orden, libera, de nuevo a partir de la Coronación de Ntra. Sra. de la Esperanza, un preso cada año.
Hay hermandades en Sevilla que, aunque no tengan carácter penitencial o ni siquiera organicen procesiones también desarrollan una importante labor como la hermandad de la Santa Caridad.
La labor de caridad cristiana ha estado siempre en mayor o menor medida presente en la realidad de las cofradías. En los años de la posguerra y hasta aproximarnos hasta la década de los setenta del siglo pasado esta labor estuvo quizás en un segundo plano, pero nunca ausente, por la lógica razón del estado de penuria que atravesaban las hermandades. Pero este aspecto ha ido en aumento con el paso de los años.
La práctica totalidad de la nómina de la Semana Santa cuenta con una diputación de caridad. Algunas de nuestras hermandades está cambiando la denominación de éstas por la de acción social, quizás por ese cierto tinte peyorativo que, lamentablemente, ha adquirido el término 'caridad', frente al meliorativo que nunca debió perder.
Todas las hermandades hacen considerables esfuerzos para fomentar este tipo de actuaciones. Podemos citar como ejemplo el economato social que numerosas hermandades sustentan y patrocinan y que incluso cuenta con la participación de voluntarios. Dicho economato ofrece productos como si de un supermercado al uso se tratara, pero la situación económica de los clientes que acuden a comprar han tenido que pasar la evaluación de las hermandades. Éstas cubren una parte del importe de los productos y los clientes pagan otra, todo ello sin ánimo de lucro por parte de la institución sino simplemente cubrir los gastos. Con ello facilitan la compra a aquellos que lo necesitan y a la misma vez no les hace sentirse en la situación vergonzante de recibirlos sin pagar nada.
Algunas hermandades apoyan o incluso organizan talleres de empleo -es mejor darle la caña y que aprenda a pescar que darle el pescado- como Santa Marta que creó una fundación junto con la patronal de hostelería para la creación de empleo en una zona degradada como era la Alameda. a
En ocasiones prestan servicios sociales que las instituciones no llegan a cubrir de manera conveniente, tal es el caso del Centro de Estimulación Cristo del Buen Fin, que parece que va a tener una continuidad en el tratamiento para los pequeños con otro centro que promueve la Esperanza de Triana.
Becas de estudio, talleres ocupacionales, atención terapéutica, hospitales de campaña, actuaciones en barrios marginales,... Es un hecho que las hermandades cumplen con una serie de labores sociales que en ocasiones difícilmente estarían cubiertas si no fuese por ellas. Los tiempos en que la caridad en las hermandades se entendía por algunos por pagar un par de recibos de luz atrasados o una lavadora ya han pasado, aunque con la actual crisis este tipo de medidas también son necesarias (y cómo). La Semana Santa no vive de espaldas a la sociedad (mal que algunos les pese y que les gustaría que fuese de otro modo); muy al contrario, hay hermandades que llegan a ser nexo de unión de barrios menos favorecidos y que son cauce para llevar a cabo acciones sociales que, de otra forma, encontrarían más dificultad para su buen término.
Que se podría hacer más no lo pongo en duda. Pero no es poco el esfuerzo y la labor que se realiza. Y todo ello con sus propios medios y desde la autofinanciación en la mayoría de las ocasiones. Y es que para otros es muy fácil disparar con pólvora ajena.
Nota: La ilustración pertenece a la página www.larepublica.com.uy

lunes, 20 de octubre de 2008

Las otras devociones

Con relativa frecuencia leemos o escuchamos cómo devociones que otrora fueron, valga la expresión, punteras o bien se perdieron o quedaron en un estado de letargo e indiferencia por parte de los que antes eran sus devotos. El caso de la Hermandad de la Antigua y Siete Dolores o del Crucificado de San Agustín (recuperado del olvido por la Hermandad de San Roque) bien pueden valer para ofrecer un ejemplo de ello. Por otra parte también surgen nuevas devociones en barrios de la periferia como Nuestro Padre Jesús de la Esperanza en el Puente Cedrón para la Milagrosa.
Sin embargo de un tiempo a esta parte da qué pensar (e incluso creo que llega a ser preocupante) en qué nos fijamos más, en lo esencial o en lo supérfluo. Es incluso cuestionable qué es más importante para muchos cofrades, el fondo o la forma. No debemos ser necios y negar que todo lo que rodea la Semana Santa tiene una parte importante de espectáculo y de folclore. Tampoco podemos obviar que sin este aspecto muy probablemente la Semana Santa de Sevilla no sería lo que es y sí algo más próximo a las celebraciones de ciudades castellanas como Valladolid o Salamanca. Pero creo debemos hacer distinción entre lo accesorio y lo que debe ser la esencia de la Semana Santa.
Hace unos años circulaban por Triana (desconozco quién o quienes las ditribuían) unas estampas como las que se venden en las mesas petitorias con una imagen de la Cofradía de la Esperanza de Triana. Pero no era de ninguno de sus titulares, aunque para algunos pudiera parecerlo, pues llevaban impresa 'Santo Caballo de Triana'. Creo que por la Calzada ocurrió algo parecido. Y esto me crea dudas sobre qué mueve a muchos en la Madrugá cuando se agolpan en el Altozano, ver al Señor de las Tres Caidas o la figura del cuadrúpedo. Yo, en mi caso, lo tendría muy claro.
Ya en tiempos pasados desde el Palacio Arzobispal se prohibieron las saetas profesionales pues primaba el espectáculo sobre lo que, en principio, es rezo. También sobre determinadas composiciones musicales que se interpretaban tras algunos pasos actuó la censura (o al menos las recomendaciones, que en la práctica era lo mismo) de la mitra. No creo que en Sevilla deba existir censura a este respecto. La Semana Santa es lo bastante avanzada y sabia como para autorregularse. Prácticamente todos los excesos caen en el desuso. Sin duda toda innovación pasa por un proceso de decantación que deshecha cualquier actuación que no 'pase el examen' de la Sevilla cofrade. Lo que ocurre es que ese proceso, a veces, tarda en llevarse a cabo.
Determinadas cuadrillas de costaleros cuentan incluso con auténticos fans que acuden a los ensayos y mudás y que esperan incluso horas para ver cómo anda la cuadrilla en determinado lugar. Hay cofrades que el domingo previo al pregón incluso se agolpa público para ver alguna mudá a la que se aplaude sin banda ni flores ni imagen siquiera.
Hace pocas fechas pude encontrar en el blog 'Cofradieros de Sevilla' algo que, al menos para mí, no debería ser noticia, y no era otra cosa que los datos detallados de la mudá del paso del Cristo de la Sed para la salida extraordinaria de la Redención
. Por supuesto con el recorrido y la hora de entrada de la parihuela al templo, para que los interesados pudieran programarse los horarios y no perder detalle. No voy a entrar a opinar sobre curiosas salidas extraordinarias que merecen ser tratadas aparte.

¿Se están convirtiendo algunas cuadrillas y sobre todo algunas bandas en las nuevas devociones de algunos? ¿El auge que vive la Semana Santa es en gran parte gracias a ello? Lamentablemente creo que estamos llegando a crear nuevas devociones; la devoción al 'corneta solista', la devoción a 'determinadas figuras secundarias' o la devoción a 'la trasera de tal cuadrilla que no veas cómo empuja'. Yo espero sinceramente que no, pero no puedo dejar de albergar un cierto escepticismo. Confío en la capacidad autorreguladora de la Semana Santa y que esta tendencia que mueve a fans y forofos de bandas o cuadrillas (creo que así se les puede denominar) sea solo pasajera.

viernes, 25 de julio de 2008

Cerrado por vacaciones...


Por un tiempo y por las vacaciones tendré que ausentarme.Por eso y por cambio de trabajo, y porque el ordenador de mi casa se podría decir que está en precario, la ausencia puede que se prolongue algo más (vamos a intentar aprobar una partida económica por vía de urgencia para la adquisición de un nuevo equipo). Esto no quiere decir que se cierre el balcón. Por la misma razón las visitas a los amigos se verán disminuidas, pero no es que os tenga en el olvido.
Hasta dentro de poco...

lunes, 14 de julio de 2008

El escaparate de las vanidades.


Hace unos días podíamos leer a La Cava en un texto que reivindicaba la figura del capirotero (que algún día trataré) y denunciando otras figuras y personajillos que pululan por nuestra Semana Santa. Quería tratar el tema, pero me ha parecido más oportuno hacerme eco de otros autores más cualificados para hacerlo.
Podemos leer a Francisco Espinosa de los Monteros afirmar que "...en algunos casos se entiende la cofradía como paso intermedio para conseguir cargos de poder social y político como si esto fuera una 'feria de las vanidades' cofrade, y un largo etcétera. Ante la ausencia de valores internos, las cofradías van perdiendo cada vez más sus raices y se van convirtiendo en lo que desean buena parte de los políticos que nos rodean: convertimos en una manifestación folclórica más pero perdiendo su raíz religiosa, hacernos perder nuestra espiritualidad para convertirnos en muestra de arte, convertirnos en fin en un atractivo turístico más". Y es preocupante la utilización que en más de una ocasión se hace de las hermandades, cuyas procesiones son utilizadas como reclamo turítico por parte del ayuntamiento y prueba de ello fue el origen de la subvención municipal en el s.XIX para conseguir que las hermandades tuvieran los medios económicos para poder realizar la salida procesional con regularidad.
Como escaparate máximo de esas vanidades está el Consejo de Cofradías. Actualmente es raro el acontecimiento o acto al que no esté invitado el Consejo. Se ha convertido, sin duda, en una palestra y trampolín social especialmente para su presidente aunque también en menor medida para el resto de cargos y consejeros. El periodista Juan José Borrero escribía hace poco (creo que en ABC) "...el gran poder de las cofradías como medio de vertebración de esta complicada ciudad será un mito si confundimos cofradías con gestores de bandas, costaleros y salidas extraordinarias, y a las hermandades con luchas intestinas en la más extensa capacidad semántica de la palabra. Y, sobre todo, si se sigue trasladando que el Consejo es el cronometrador oficial, el jurado de los pregoneros y la oportunidad de muchos políticos frustrados para recibir las invitaciones a los actos oficiales de la Muy Noble, Muy Leal... y muy cofrade Ciudad de Sevilla".
Podemos leer así mismo a Isidoro Moreno en su libro 'La Semana Santa de Sevilla. Conformación, Mixtificación y Significaciones', libro cuya lectura es más que interesante y que en su primera edición en el año 1982 levantó no pocas ampollas por parte de los 'guardianes de la ortodoxia cofrade'. En uno de sus capítulos en el apartado 'El interés por ciertos cargos y la feria de las vanidades' podemos leer: "desde las décadas del XIX y, sobre todo, a lo largo del siglo XX, paralelamente a la conformación de la Semana Santa tal como es hoy, se ha venido dando un proceso de apropiación de los cargos directivos de las cofradías populares por personas de la burguesía media y alta cuya extracción social no responde a la composición de la cofradía, pero que aprovechando el prestigio y la popularidad de ésta como palanca de adquisición de estatus y de ampliación de relaciones sociales, vinculaciones e influencias, que pueden ser muy provechosas para progresar en la esfera de los negocios, ascender en el mundo político conservador o, simplemente, codearse con quienes tradicionalmente han pertenecido a los estratos sociales elevados".
Habla el profesor Moreno también de lo que ocurre en ciertas cofradías en la calle: "...algo parecido ocurre en la cofradía en la calle: en algunas ciertos mandamases han tomado desde hace unos años la costumbre de no vestirse de nazarenos pero sí acompañar durante casi todo el trayecto, con traje bien planchado y medalla al cuello, al paso de palio; delante de él, por supuesto, y al lado del capataz, repartiendo saludos y sonrisas, haciendo bien ostensible quién es el que dirige el cotarro".
Cita el profesor Moreno un texto de Antonio Burgos que dice "...de estar en las aceras, en los umbrales, se pasó a esta Sevilla procesionaria de los figurantes y figurones, que van delante de los pasos, más que para no perderse un detalle, para saludar y ser saludados, la teoría del paseo de caballos pero entre cera e incienso, que muy buenas carreras han comenzado así, en la delantera de los pasos, ejerciendo oficialmente de cofrade sin antifaz; sin más antifaz que el fingimiento de unos fervores que son muy rentables en Sevilla para llegar a ser persona".
De Sánchez del Arco podemos tomar el siguiente fragmento: "...quienes van buscando la sombra sagrada del altar (o del paso) para tienda de mercader o para apoyo de fuerzas temporales" mostrando recelo de los rostros descubiertos en la Semana Santa sevillana.
De 1970 recoge también Moreno un editorial de El Correo de Andalucía titulado 'La feria de las vanidades. En las cofradías, no'. Extraemos el fragmento citado: "...explotación publicitaria que algunos grupos de personas han puesto en vigencia a lo largo de los últimos años, utilizando el marco de las cofradías como pedestal para un intolerable juego de vanidades (...) ¿cómo hemos venido a caer en esas páginas de periódicos llenas de fotografías donde señores distinguidos ejercitan a costa de las cofradías la conocida gimnasia del tú me condecoras, yo te condecoro. nosotros nos condecoramos?". Y sigue: "nos asombra que haya gentes con tantas ganas de salir fotografiados una y otra vez... Quizá podríamos arbitrar en Sevilla un tipo de reuniones donde los aficionados se condecoren y se retraten una y mil veces: pero que no ofrezcan a los ciudadanos corrientes el lamentable espectáculo. Y, sobre todo, que se alejen de las Hermandades".
Sin duda esta y otras situaciones se han dado, se dan y, lamentablemente se darán. Erradicarlas se me antoja una tarea imposible. Pero hay que ser conscientes del por qué algunos elementos se arriman a una hermandad.
He querido que ilustre el texto una imagen de un auto de fe de la Inquisición en la Plaza de San Francisco en 1660, que esa sí que es una plaza-escaparate de vanidades.
Pd: No sé si una entrada de blog se puede dedicar, pero si se puede se la brindo, como el que brinda un toro en la Maestranza, a La Cava y a Miguel Andreu.

viernes, 4 de julio de 2008

Saber irse (e incluso ni llegar)


Hemos podido vivir en las últimas fechas procesos electorales en muchas de nuestras hermandades e incluso en el Consejo de Cofradías. Sin embargo no voy a hablar, de momento, sobre elecciones, si no sobre los que se van e incluso sobre los que ni han llegado.
Hace unos días apareció en ABC una entrevista al ex presidente Felipe González en la que afirmaba que "los ex presidentes son como jarrones chinos (...) estorban donde quiera que se pongan". También pudimos escuchar a Mariano Rajoy en unas declaraciones recogidas por El País en las que afirmaba "Aznar no rima con molestar, sí con no estar". Ni por asomo pienso juntar política y cofradías; ya hay quienes lo hacen. Pero esta situación que se da en política parece que en más de una ocasión se extrapola y se traslada al mundo de las cofradías. Los que abandonan los cargos parece que no quieren hacerlo, o al menos pretenden que su labor permanezca inalterada e inalterable más allá de la gestión de sus cargos. Y es que en no pocas ocasiones parece que es alargada la sombra de los que han ocupado el puesto de hermano mayor.
Los que acaban su gestión muchas veces pretenden seguir ejerciendo ese poder incluso cuando su mandato ya ha acabado. Esto puede producir fricciones entre el nuevo y el antiguo hermano mayor. El antiguo pretende aparecer como referente moral (al menos) de la hermandad. Parece que todo debe contar con su aprobación como si de un órgano consultivo (vinculante incluso) se tratara. Y cuando hay más de un ex hermano mayor mejor ni hablar, pues la lucha por ese poder residual al que aspiran, máxime si ha habido rencillas entre ellos (que suele ocurrir), es sin duda un estorbo para el que acaba de llegar.
El neófito en el cargo a veces pretende articular ese grupo de poder que como un grano le ha salido creando una junta consultiva de ex hermanos mayores (e incluso de ex miembros de junta). Sinceramente, no sé si es mejor el remedio que la enfermedad. Y el nuevo hermano mayor tampoco.
Hay otra situación que también puede producir un cierto problema en la gestión de las nuevas juntas y es cuando han optado más de una opción a la junta de gobierno. ¿Qué ocurre con los integrantes de la que no ha resultado elegida? En la mayoría de los casos estos 'no miembros de junta' se posicionan literalmente, valga el juego de palabras, como oposición (casi como en el congreso de los diputados) a cualquier actuación o decisión que lleve a cabo la junta de gobierno mientras aguardan agazapados a las próximas elecciones. La pluralidad de opciones es positiva en cualquier ámbito, y el espíritu critico también; pero la crítica destructiva y sistematizada no lo es. En estos casos no parecen trabajar por su hermandad sino trabajar para alcanzar en el futuro ese cargo que la decisión del cabildo de elecciones les negó.
Aunque en muchos casos las expectativas que generan una nueva junta pueda ser poco halagüeñas creo que se debe dar el beneficio de la duda y dejar trabajar al menos un tiempo razonable para poder ver la forma y los modos de actuar y esperar a conocer los frutos. Hay que saber dejar el cargo, no agarrarse a él y volver a ser hermano de número, que no nos cueste dejar la vara y coger el cirio en el puesto que nos corresponda en la cofradía (también los hay que una vez dejan el cargo dejan de vestir la túnica no sé si como una medida de una pretendida protesta o, más bien, para dejarse ver el día de salida). Hay que saber también no llegar a ocupar el cargo, asumir la derrota si es que la ha habido o se puede hablar de ella, y dejar trabajar a los recién llegados. Tan importante es llegar como saber irse; es difícil sin duda ejercer los puestos con eficacia, pero también saber dejar de ejercerlos. Cuando los cofrades aprendan esto habrán dado un
importante paso en madurez.

domingo, 22 de junio de 2008

¿Cuidamos todo el patrimonio?


Hace unos días hemos podido leer la noticia de la creación de un centro de estudios por parte del Consejo de Cofradías con la ayuda de la Universidad Pablo Olavide y la Real Maestranza de Caballería. El centro tendrá como cometido la "catalogación informática de los extensos fondos bibliográficos que posee la institución cofradiera, y que de esta manera sean conocidos por la ciudad y a disposición de aquellos investigadores que los deseen consultar". Ha coincido con que en fechas recientes el Consejo recibió la cesión del archivo del desaparecido Juan Carrero que a buen seguro guardará magníficos 'tesoros cofrades'.
Sin duda es una magnífica noticia. Pero más allá de ello es algo que se me antoja era necesario desde hace muchísimos años y que, lamentablemente, hasta ahora no ha visto la luz. Esta iniciativa del Consejo debe servir de base para abordar proyectos incluso más ambiciosos. Además del Consejo, las hermandades deben poner en valor todo su patrimonio; pero no todo el patrimonio son bordados y piezas de orfebrería. Sin duda las hermandades tienen un amplio fondo bibliográfico y documental; algunas como los Negritos, el Calvario o la Soledad de San Lorenzo han hecho importantes esfuerzos para su catalogación y enriquecimiento. Pero existen aún muchas que poco o nada
han hecho al respecto, en ocasiones por falta de medios y en otras por desinterés.
En el caso del patrimonio musical sí parece que se ha hecho bastante con la recuperación de marchas olvidadas. Sin duda el maestro Enrique García ha contribuido mucho a ello, especialmente en la recuperación de compositores como el maestro Borrego (del que el primero fue alumno).
Muchas hermandades, Pasión, el Baratillo o el Silencio, atesoran importantes obras pictóricas que es otro aspecto importante y desconocido. Pero su conservación no es siempre la deseable. La misma Soledad busca fondos y medios para la restauración y conservación de Nuestra Señora de Roca Amador, titular de la corporación. También es de destacar las planchas para grabados que algunas hermandades
guardan como los Servitas o la citada del Silencio, que posee además un amplio catálogo de obras de diferentes artistas y que en los últimos años han apostado por la ampliación de su patrimonio pictórico. Una inmensa mayoría de las obras pictóricas lamentablemente están, pero sin duda existen también gracias a ellos, en manos particulares. Qué magnífica muestra se podría montar con obras de García Ramos, Hohenleiter o Santiago Martínez entre otros. Me gustaría citar otros artistas que nos ofrecen visiones de la Semana Santa que muchos sevillanos pueden calificar como heterodoxas, entre ellos al carmonense Juan Lacomba o al italiano Domenico Gnoli (prometo que cuando las localice pondré unas ilustraciones de éste último que, aunque yo considero brillantes, son cuando menos curiosas).
Un campo posiblemente poco explorado, y que debería abordarse por las hermandades, sea el de la fotografía e incluso, por qué no, el del cine. La fotografía de unos años a esta parte es accesible a la mayoría de los cofrades, especialmente con la 'democratización' que ha supuesto la fotografía digital como soporte; pero esas fotografías antiguas del s. XX e incluso del XIX tiene un sabor especial. Fotógrafos como los Arenas, Fernández (no se qué habrá podido ser de su amplio archivo), Garduño o Saenz, que hicieron (y hacen) arte de la fotografía de Semana Santa, sin olvidar a pioneros de la, digamos, proto-fotografía cofrade como fueron González-Nandín o Almela (padre e hijo).
Sobre cine (no me refiero a las mil y una colecciones de video y DVD) se ha hecho poco. Pero algo de calidad hay, y muchas veces 'perdido' en archivos incluso de fuera de España. Se encontró en un archivo de Europa una filmación de la Estrella en 1932. Igualmente también sería interesante conseguir un archivo fonográfico con grabaciones de interés que sin duda las hay.
Esta noticia ha traído a mi memoria otra que apareció el pasado año como iba a ser la creación del Centro de Interpretación o de Estudios y Divulgación de la Semana Santa de Sevilla
que iba a estar ubicado junto a las naves del Barranco a la vera del Puente de Triana y que empezaría a funcionar en la primavera de 2009. A no ser que las obras sean soterradas como las del metro todo ha quedado en agua de borrajas y en fuegos de artificio (qué fácil es la promesa política). Un proyecto quizás demasiado ambicioso y con una orientación eminentemente turística. Pero sobre todo un proyecto sin base donde sustentarse. Espero que este centro de estudios que nace ahora, aunque pueda empezar tímidamente, avance en estos y otros campos que durante años parece han estado un tanto olvidados por parte de las cofradías. Es una herencia muy importante la semilla que siembra el Consejo que termina su gestión en estos días. Lo que hace falta es que el proyecto no se quede en eso, en proyecto, y que podamos ver de aquí a unos años los frutos de una labor que se me antoja más que laboriosa.

lunes, 9 de junio de 2008

Integración femenina

El tema de las mujeres nazarenas es, y lo primero que hago es poner el parche, un tema bastante espinoso. Y si pretendo hacer unas reflexiones sobre el mismo ya soy consciente de que puede que me esté metiendo en un jardín.

La mujer, sin duda, debe tener los mismos derechos en las hermandades. Pero durante muchos años esto no fue así. Es más, aún quedan hermandades de nuestra Semana Santa que no recogen en sus reglas esta posibilidad. Y eso a pesar de que las Normas Diocesanas así lo disponen, pero la postura de nuestro prelado, fray Carlos Amigo, respecto a la implantación de las normas ha sido y es muchas veces ambigua. No se entiende muy bien que se dicten unas normas y que se admitan a trámite para su aprobación unas reglas que no se van a aprobar. No sé si las hermandades demuestran obstinación o una torpeza cercana a la necedad al presentar unas reglas que saben no van a ser aprobadas.

Pero lo que me gustaría cuestionar es si la inclusión de las mujeres nazarenas no ha sido un tema muchas veces manipulado. Dicho de otro modo, ¿se ha utilizado a las nazarenas en el mundo de las hermandades? Yo creo que en más de una ocasión ha sido así.

Mi impresión es que las primeras hermandades que admitieron a las mujeres nazarenas lo hicieron movidas más por incrementar un reducido número de nazarenos que por un afán integrador. Los Javieres, que hacía pocos años que había estrenado palio y necesitaba aumentar su cuerpo de nazarenos, creo puede ser buen ejemplo. Y la Redención, San Esteban o Santa Marta que sin duda han experimentado un desarrollo espectacular en cuanto a los hermanos que visten túnica desde entonces, triplicando el número desde entonces.

Posteriormente casi todas las hermandades (solo casi) han ido admitiendo las mujeres nazarenas, pero creo que en una gran mayoría lo hicieron al ver una posibilidad económica para las mayordomías. Y las que lo han hecho en los últimos años en muchas ocasiones debido a la presión mediática.

En el asunto del recurso de la hermandad del Baratillo creo subyace un punto misógino de quien en aquella época gobernaba la hermandad. Misoginia que subsiste en más de una corporación. Recuerdo que tuve que hacer un ejercicio de fe para creer que cuando se llevó a cabildo el tema en la Quinta Angustia, según se informó, hubo unanimidad en el voto en contra (incluyendo el voto de las mujeres que asistían y participaban). En los últimos tiempos incluso se ha usado como arma electoral entre los candidatos en la hermandad de Pasión (creo que el Sr. Criado ya tuvo ocho años para adaptar sus reglas).

Lamentablemente la inclusión de las nazarenas no ha llevado consigo en la mayoría de los casos una total integración de la mujer en el gobierno de las hermandades. La mayoría de los cargos que han ocupado han sido cargos secundarios (dicho sea sin querer menospreciar a nadie); casi no hemos podido ver una mayordoma o una secretaria. Incluso la primera teniente de hermano mayor que hubo, y que lo fue en las Aguas, conociendo un poco la personalidad del que fue su hermano mayor, el hecho respondió más a un gesto cara al público y con claro interés mediático.

Creo que las hermanas han estado integradas en la vida de las hermandades aunque quizás en otras labores (y no es mi intención que se interprete como un cometario machista). El salir de nazareno es un derecho que no puede serles negado. Lo que sería deseable es que este movimiento integrador no se quede en el derecho a salir de nazarena. Habría que ir más allá y que verdaderamente se integraran en la vida y el gobierno de las hermandades, luchar para que no sea coto cerrado de hombres. Esto no es tarea fácil y las hermandades, que en la mayoría de las ocasiones son reflejo de la sociedad, no lo iban a ser menos en este asunto. Basta que nos planteemos en qué proporción las mujeres ocupan puestos directivos en las empresas. Posiblemente todo caerá por su propio peso con el paso del tiempo, pero no pongamos obstáculos y no dejemos que manipulen o utilicen el asunto.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Paisaje urbano


Es obvio que la evolución estética de la ciudad y las cofradías no corren en paralelo. Mientras las cofradías parecen ancladas en una estética barroca en su mayoría (aunque esta afirmación es más que cuestionable y propicia a la opinión pues no responde a la realidad), la ciudad padece una fiebre de pretendida y pretensiosa modernidad más ligada a una afán megalómano que a una necesidad real. La implantación del ‘Metrocentro’, el proyecto ‘Metrosol Parasol’, las obras del metro o la reforma (yo la denominaría ‘chapú’) de la Alameda de Hércules han transformado profundamente algunas zonas de nuestra Sevilla.

Las hermandades y cofradías no han permanecido ajenas a estos asuntos, y este año ha sido no poca la polémica surgida a raíz de las consabidas catenarias y los dichosos cables, esos mismos que sirvieron de inspiración a tan clásica voz de capataz como es ‘a los cables’. El tranvía, porque eso es lo que nos han puesto en la Avenida, lo han bautizado con nombre rimbombante para que nos parezca todo un avance; pero vamos, que de eso ya tuvimos en Sevilla, e incluso dio nombre a un lugar tan cofrade como ‘el andén del ayuntamiento’, para los que gusten de las cofradías pasando por el mismo.

Recuerdo que hace tres o cuatro años también el ‘Metrosol Parasol’ suscitó el debate en las cofradías, pues alguna incluso se planteó la posibilidad de no pasar bajo esa suerte de champiñones, en concreto creo fue la del Cristo de Burgos. Yo, la verdad, para champiñones, los de la Alicantina en el Salvador (aunque hoy día no sean más que un vago recuerdo de lo que antaño fueron).

Con la reforma de la Alameda el año pasado varias cofradías mostraron su queja por la extraña maniobra que se verían forzadas a realizar para enfilar la calle Trajano. Finalmente el Ayuntamiento habilitó el acceso. En este caso, y es una opinión personal, si no llega a estar involucrada la hermandad de la Macarena, ya me imagino yo por dónde tendrían que haber pasado las cofradías (sin pretender menospreciar a las corporaciones afectadas).

Y otra situación que viene a mi recuerdo con las obras del metro la que protagonizaron las hermandades de las Cigarreras y la de la O, para las cuales el Ayuntamiento habilitaba una especie de pasillo para determinadas zonas pero en los que el acceso de público no sería permitido.

He encontrado una curiosa foto del Cristo de la Buena Muerte (http://guiasemanasanta.com/) pasando junto a la estructura de la portada de la Feria de Abril aún en el Prado (desconozco si pasaba por debajo). Sin ser yo especialmente feriante, más bien lo contrario al menos para visitar el Real (la parte taurina si que va a ser más de mi agrado), ¿qué hubiera pasado si la hermandad de los Estudiantes hubiese solicitado la supresión o el traslado de la Feria de Abril?

A raíz de estas y otras cuestiones me planteo dos cuestiones. ¿Son realmente necesarias todas estas obras tal y como el Ayuntamiento las lleva a cabo o responden en gran medida a intereses electoralistas y, como decía anteriormente, megalómanos? Y, planteando el tema desde otra perspectiva, y con un tono de autocrítica cofrade, que nunca está de más y a veces se echa en falta, ¿hasta qué punto las hermandades pueden exigir que el paisaje urbano se adecue a sus intereses?

PD: A quien haya interpretado que lo de ‘interés electoralista’ y ‘megalómano’ iba por el Sr. Alcalde, no seré yo quien le lleve la contraria.

lunes, 19 de mayo de 2008

Desinformación cofrade



Hace unos años la información cofrade se circunscribía a la época cuaresmal y poco más. Es más, salvo honrosas y meritorias excepciones, casi no podemos hablar que existiese un periodismo cofrade. Pero de un tiempo a esta parte y acompañado ello del auge de la información sobre nuestras hermandades en Internet, la información cofrade nos acompaña durante todo el año.

Esto que a primera es una buena noticia habría que analizarlo desde otro punto de vista. No sé exactamente de quién es la cita o si podemos hablar de una máxima periodística, pero el caso es que muchas veces la información cofrade hace suyo el dicho “no dejes que la realidad te estropee un buen titular”. Y ello en muchos casos traspasando la línea del amarillismo informativo. Y es que en no pocas ocasiones lo que en principio nos puede parecer informar periodísticamente, es simple y llanamente dar opinión, y en muchas ocasiones, más de las deseables, una opinión interesada y deliberadamente parcial.

El número de noticias cofrades durante el año es bastante menor. Sin embargo lo que en otros tiempos no era noticia ahora lo es. No es que vaya en contra de la claridad en la gestión de las hermandades, más bien al contrario, pero ahora se cita a los periodistas para cualquier presentación, nombramiento o acontecimiento mínimo. Hermandades que dan una rueda de prensa para presentar a los capataces que dentro de once meses llevarán los titulares, que envían una nota a la prensa para informar que se va a restaurar la bandera celeste, bandera que por otra parte tiene poco o nulo valor artístico, o la banda que en el próximo año acompañará a la cruz de guía. Sinceramente no creo que todo ello pueda ser noticia. Y tampoco sé si esto es consecuencia de lo otro que es más grave o es esto mismo lo que lo provoca, que los periodistas cofrades quieran exprimir la noticia o simplemente la inventen o la tergiversen.

Hace unos años la hermandad de las Siete Palabras sufrió en sus propias carnes el modo de actuar de estos periodistas. Yo personalmente pude ver en no pocas ocasiones a miembros de la, digamos, oposición a la junta (y ojo, creo que el hecho de que haya oposición es sano por que implica que hay otras opciones) en la famosa Casa Ricardo, antigua Casa Ovidio, poniendo hasta las trancas de comer y de beber al periodista que en el Diario de Sevilla escribe bajo pseudónimo la sección El Fiscal. Y, vaya casualidad, al siguiente domingo aparecía en dicho recuadro ‘periodístico’ otro ataque gratuito a los gestores de la hermandad.

En los últimos días en ABC José Cretario ha dado opinión sobre el proceso electoral en Pasión. Y desde hace algún tiempo da opinión sobre los resultados de los estrenos e innovaciones estéticas de las hermandades con unas ínfulas de crítico artístico.

En muchas ocasiones los periodistas lo que hacen es desinformar. Hemos traspasado la línea de la información periodística para adentrarnos en el amarillismo cofrade en los medios de comunicación. Y esto a la larga pasará factura.

jueves, 17 de abril de 2008

Elecciones cofrades


Hace poco pude leer en http://elcapirotero.wordpress.com un artículo más que interesante y clarividente sobre la situación de más de una y de dos hermandades: Pluralidad de candidaturas en las hermandades. Cuanta verdad en tan pocas líneas. Y sin conocer al amigo Capirotero parece tal cual que escribiera sobre mi hermandad. Quién sabe si incluso vamos a conocernos. Invito a visitar el blog amigo. Pero a lo que íbamos.

Se preguntaba Capirotero sobre la conveniencia o exactitud en denominar “elecciones” muchas veces a un evento en el cual nada podemos elegir. Si solo tenemos una opción, no podemos elegir, que etimológicamente lleva implícita la existencia de más de una cosa elegible. Si solo tenemos una opción, ¿como podemos hablar de elegir? Y es que como bien nos hace ver Capirotero en muchas de nuestras hermandades solo el rumor de que pudiera haber más de una candidatura, de que los hermanos tengan opción a elegir, hace temblar los cimientos de más de una casa de hermandad. Me permito citar ahora a Capirotero:

“Cuando esto sucede aparecen “los llamadores a la unidad”, que piden que se reconduzca la situación a una sola lista, donde los caudillos de la hermandad pueden decidir quién entra y quién no y al hermano se le deje la triste misión de refrendar necesariamente algo en lo que no ha tenido parte.”

¿Es tan grave ofrecer opciones al cuerpo de hermanos de una hermandad? A la vista de los hechos que se producen en este mundo cofrade en los que alguna junta saliente propone una candidatura oficialista a la que le brinda el boletín de la hermandad para “hacer campaña” y para elogiar incluso las aficiones del candidato y sin embargo la otra opción es totalmente ignorada, ya casi nada puede sorprender. Y qué decir de los movimientos de los candidatos entre su electorado potencial. Sí, sí. Esos que nunca han cruzado saludo contigo y que ahora te conocen por tu nombre, recuerdan a tu abuelo que llevaba una bocina hace no sé cuantos años y se preocupan, ahora, de las inquietudes que tienes sobre la hermandad. Todo sin olvidar mencionarte que esperan verte el día de la votación.

Son dignos de mención los movimientos “políticos” que algunos realizan para no quedarse fuera de las candidaturas e incluso exigiendo puesto a ocupar. Y muchas veces jugando a dos o más bandas. Pero como dijo Alfonso Guerra:”el que se mueva no sale en la foto”. Porque eso es lo que buscan muchas veces los candidatos. Gente que no se mueva, borregos que les rellenen las candidaturas y que durante el mandato no estorben demasiado. Éstos muchas veces solo buscan esa pequeña gloria de pertenecer a una junta.

Por otra parte habría que estudiar si en todas las hermandades es factible más de una candidatura. O explicándolo mejor, si a la hermandad no acuden a diario para las labores que se desarrollan en el día a día, más de seis o siete hermanos, siendo optimistas, ¿hay en realidad tantos hermanos dispuestos a trabajar para la hermandad? En la mayoría de las hermandades creo sinceramente que no. Y eso sin entrar en la discreta preparación de esos potenciales miembros de junta, lo que da como resultado juntas de perfil muy bajo, con poca calidad humana y poca capacidad para desarrollar los puestos. Puestos que se disponen a ocupar sin haberse preocupado en hacer, al menos, una mínima toma de contacto.

De todas formas, incluso con una sola candidatura podemos elegir dos cosas. La primera sería no votar. La segunda, el voto en blanco. Cuando hay más de una candidatura es frecuente que la asistencia al cabildo sea bastante numerosa. Si solo hay una candidatura, es menor. Pero qué ocurre si de los pocos o muchos votos hay una mayoría de votos en blanco. El candidato saldrá de todos modos, pero hay que ver qué mal queda en la Sevilla cofrade salir con más votos en blanco que a favor.

Como bien dice Capirotero, “el problema reside en que una elección plural puede acabar con el cortijito de más de uno”.

viernes, 11 de abril de 2008

¿Hermanos costaleros?


Es sin duda el de los costaleros un tema que suscita un buen número de noticias y de opiniones, en muchas ocasiones encontradas. El nacimiento de las cuadrillas de hermanos costaleros en los años setenta a raíz de la escasez de costaleros profesionales, y su posterior desarrollo, no está exento de un cierto halo de mitificación. Es más, el denominar a unos y otros como lo hemos hecho es cuando menos cuestionable. ¿Es cierto que podemos denominar hermanos costaleros a las cuadrillas surgidas en los años setenta y ochenta? La mayoría de aquellos que se “apuntaron” a sacar pasos en aquellos años lo hicieron en gran medida por afición y no era extraño que sacaran más de una cofradía aún no siendo hermanos de la misma en muchos casos siguiendo a un capataz determinado. Y no sería menos cierto que algunos de los que formaban las cuadrillas tradicionales se unieron a esos nuevos costaleros sin duda llevados por la afición al costal o siguiendo a los capataces que los habían mandado anteriormente. Esa comunión capataz-cuadrilla que era norma en los costaleros tradicionales no se habría perdido. Y no es que los costaleros actuales no le tengan apego, cariño o incluso devoción a las hermandades o imágenes que sacan. Pero un gran número de costaleros actuales lo que sienten es una auténtica afición al costal y fidelidad al capataz.

Hay que ser claros y reales. Son muy pocas las hermandades, tomando una cofradía tipo con paso de Cristo y paso de Virgen, que actualmente pueden formar dos cuadrillas completas con sus relevos para sus dos pasos formadas exclusivamente por hermanos; es decir, que los costaleros fuesen hermanos con anterioridad a formar o pretender formar parte de las cuadrillas de la hermandad.

Es un error por parte de algunas hermandades obligar a hacerse hermano a aquellos que van a formar parte de sus cuadrillas. Si el principal motivo de que alguien se haga hermano de una corporación es la devoción a sus titulares, en la mayoría de estos casos no se dará esta premisa. Entiendo que los principales motivos de las hermandades para ello son dos: poder “presumir” de que las cuadrillas son enteramente formadas por hermanos y una motivación exclusivamente monetaria por parte de las mayordomías. Pero la mayoría de aquellos a los que se obliga a hacerse hermanos para poder salir de costalero, una vez que dejan de salir en la cofradía dejan de abonar las cuotas, causando en consecuencia baja en la hermandad. A mi entender es preferible la figura del costalero hermano, es decir, el costalero aficionado que tras un tiempo sacando una hermandad, él mismo se hace hermano llevado por las vivencias adquiridas en esa hermandad, el cariño y la unión con los compañeros y, sin duda, también una devoción adquirida con el paso del tiempo a los titulares. Actualmente son muchas las cuadrillas que podríamos denominar mixtas, es decir, formadas por hermanos costaleros y por costaleros hermanos.

Algunos denominan peyorativamente a estos costaleros como sacapasos, vuelcapasos o deportistas sacros o del costal. Esto no debe ser tolerado. Sin la participación de estos costaleros en muchos casos sería una labor complicada poder formar cuadrillas de garantías para todas las hermandades tal y como conocemos la Semana Santa actual. Esto no quiere decir que debamos volver al modelo anterior con costaleros asalariados. Lo que sí debemos ser conscientes de la realidad que tenemos.

En otra ocasión hablaremos de los capataces nacidos al amparo del nacimiento de esas cuadrillas, que ese es otro tema.

jueves, 10 de abril de 2008

Desde el balcón

Lo primero será saludar. Empiezo esta pequeña aventura donde trataré de dar mi visión, siempre personal, de algunos aspectos relacionados con la Semana Santa de nuestra ciudad, Sevilla. Sin duda mostraré especial interés en determinados aspectos. Pero sobre lo que algunas veces opinaré será sobre mi hermandad. No importa qué hermandad es ni los nombres de las personas de las que pueda hablar. Bastará con que vosotros mismos le pongáis nombre a los personajes que puedan aparecer. Las hermandades, al fin y al cabo, no se diferencian demasiado unas de otras. Si obviamos los nombres nos permitirá adoptar un cierto toque universal dentro de la Semana Santa de Sevilla. Y todo ello desde el balcón.